Dos chicos malos intentan cambiar las cosas y ayudar a la comunidad. Están ayudando a pintar un piso municipal, pero les cuesta concentrarse en el trabajo. Los dos chicos guapos están calientes el uno por el otro y sólo piensan en sexo. Dejan las brochas en el suelo y se agarran la polla. El chico rasta ofrece su boca y su agujero a su amigo que se la folla con mucho gusto. ¡Bonito facial al final !