Un negro de 21 años no soporta la ola de calor. Por mucha agua que trague, sigue sudando. En calzoncillos, el sudor está garantizado. Decide ir a la sauna. Sí, allí hace calor, pero hay duchas grandes y frescas. Te sientes tan bien después de darte un chapuzón, y no necesitas una toalla para secarte: hace suficiente calor y hay tíos con grandes tetas para subir la temperatura. Durante la canícula, nos follamos y ni siquiera necesitamos lubricante: el culo se moja naturalmente, se desliza y ¡es tan bueno! El joven negro encuentra un gran semental que se la mete bien y le recuerda que es mejor recibir una buena polla dura dentro de una sauna que una quemadura de sol fuera.