Se reencuentran tras una larga ausencia. Y el deseo sigue ahí. Para Blake, no hay duda: este tipo es especial. Siempre ha estado obsesionado con su polla. No puede explicarlo: le encanta la polla de su compañero. Es perfecta, tiene un sabor que le vuelve loco y cuando la chupa, disfruta, quiere lamerla durante horas, absorber cada gota de humedad. Encaja tan bien en su boca, como si hubiera sido creada para hundirse en ella. Y en el culo... ¡el cielo! Se siente tan bien, la punzada es mágica y provoca orgasmos femeninos. Blake desearía que nunca se detuviera, le encantaría tenerla dentro de él todo el tiempo, sentir su poder y correrse de por vida.