A dos compañeros de piso les resulta difícil no tocarse cuando están en la misma habitación. Hoy no es una excepción. Uno está leyendo, ocupándose de sus asuntos. Cuando su compañero llega en un bóxer deportivo ajustado, una mano empieza a agarrar sus mejillas. Bonito culo de burbuja listo para recibir polla y zumo.