Ya conoces la ley de los barrios: los más fuertes siempre acaban follándose a los más débiles. En esta parte del Bronx, los machos le echan el ojo a las tías, pero también a los gayitos, cuyos ojos, con su necesidad de polla, son fáciles de detectar. Un brasileño está merodeando por la calle, esperando encontrar a uno de estos tipos para poder agarrarlo y follárselo en el motel más cercano. Se cruza con un negro guapo con una gorra en la cabeza. El tipo puede parecer heterosexual, pero sus ojos lo delatan. Cuando la brasileña le echa un vistazo, es obvio que quiere estar de rodillas chupándosela. Se cita en el hotel, mama, se hace lamer su precioso agujero liso y toma la polla sin red. Bingo: el tío es una zorra jugosa y necesita ser inseminada. La brasileña se la va a meter dura y con esperma en el coño.