Este negro muy sexy me invitó a un día de sexo gay. Se vendó los ojos con su gorra y quiso experimentar. Al no ver nada, sus sentidos se multiplicaron por diez y se puso muy cachondo. Le encantaba la sensación cuando nos masturbaba a los dos y cuando le obligaba a chupármela. Estaba tan excitado que, de repente, me dio la vuelta y me folló el culo con virilidad sin ver nada.